Parte IV. ¿Importa la Creación Bíblica en el Mundo Real?
Lección 25 Asuntos Humanos Fundamentales
Resumen.
Ahora que hemos estudiado la perspectiva bíblica de la creación y visto algunas asignaturas escolares que se relacionan, ¿podemos decir que esto no importa en el mundo real? Los estudiantes están enfrentando el siguiente nivel escolar o su primer trabajo. Los padres jóvenes están trabajando o tratando de obtener un empleo. Cerca de la mitad de la población mundial tiene problemas para encontrar un trabajo de tiempo completo, y algunos no pueden pagarse una escuela. Una gran parte de la humanidad vive en áreas donde la vida no es fácil; inestabilidad política, pobreza, hambre, enfermedad y conflictos afectan grandes regiones. Este es el tipo de cosas que afecta el trabajo y el futuro de la mayoría de las personas. ¿Importa mi perspectiva sobre el mundo o mi sistema de creencias en estas circunstancias?
La perspectiva de la mayoría de la gente incluye ideas más bien confusas. Usualmente hay algún tipo de dios involucrado. Puede que no crean por completo la perspectiva naturalista del universo y la tierra, aunque es la más popular y la fundación de las asignaturas escolares (lecciones 22-24). Si le preguntas a una docena de personas en la calle en qué creen, probablemente mencionarán algún tipo de trasfondo o creencia religiosa, pero probablemente no tengan muy claro cómo se relaciona eso con su vida diaria. Y en un ambiente donde la ciencia y la tecnología se ven a menudo como la fuente de la verdad, el concepto de un dios que se relaciona con el mundo real probablemente sea visto como ficción.
Dios es pertinente para la vida, pero generalmente no es conocido. A menudo Su imagen es oscurecida por patrones de vida que lo evitan (Juan 1:10, Mateo 7:13-14).
Entonces, ¿cómo puede hacer la diferencia una perspectiva bíblica de la creación? ¿Y qué pasa cuando la enfrentamos con los serios problemas humanos?
Recuerda las primeras lecciones en las que cubrimos Génesis 1. Dios nos dio un reporte de la creación. Era buena sin excepción al principio. La muerte y el sufrimiento no eran parte del cuadro hasta la Caída del hombre, que marcó la entrada del pecado y sus consecuencias. Sin embargo, Él no abandonó a la humanidad, continuó interviniendo en los asuntos de las personas. Estas lo olvidaron rápidamente. Ha sido igual desde el Génesis.
La perspectiva bíblica apunta hacia un Dios Personal. Se mantiene involucrado con nosotros, ya sean las circunstancias fáciles o duras, pero la gente ha olvidado al Creador. Aunque la gente no lo conoce, Él sí nos conoce a nosotros. Su misma creación intenta recordarnos Su existencia, apuntando hacia Él. Los ateos acérrimos no lo creen. Alguien cegado por la visión naturalista lo negará. ¿Pero y la persona promedio, que es representante de la mayoría, y cuya visión es una mezcla de cosas? ¿Es esto importante para ella? Y si lo es, ¿qué hacemos?
La respuesta es simple: decidimos si creer o no. Dios, que conoce nuestras circunstancias y nuestra predisposición a pecar, dice que si creemos en Él cambiará nuestra forma de vida. Aunque eso no quita la mayoría de las consecuencias del pecado en una creación caída, sí hace una gran diferencia en el corazón de las personas en esta vida, y abre las puertas para la vida eterna. La Biblia afirma claramente que creer en Él cambia la esencia de las personas. Aún más, el cambio y sus efectos no dependen de las circunstancias (1 Tesalonicenses 5:18, Filipenses 4:12-13).
Con esto en mente, queremos examinar tres áreas de los asuntos humanos comunes. Si una persona conoce al Dios de la creación bíblica, hay una forma de sobrevivir a las condiciones difíciles o fáciles que involucren estas tres áreas. Cómo vivimos hace una diferencia, porque Dios ve, entiende y puede estar con nosotros. ¿Cómo podemos estar seguros de eso? Nos lo recuerda señalando los eventos del Génesis –cómo mantuvo a Noé en los tiempos malvados (Hebreos 11:7; 2 Pedro 2:5-9 y 3:9).
La Visión Bíblica de la Creación en Tres Áreas de la Experiencia Humana.
A. Economía, Comercio e Intercambio.
Las actividades del hombre en un sentido bíblico son diferentes, porque están supervisadas por el Gran Revisor. Las primeras lecciones muestran que Dios es un Dios de intervención; las vidas de las personas están sujetas a Su atención desde el principio. Dios no ha cambiado. Sus estándares para el comportamiento humano que se aplican a los individuos por separado también se aplican a grandes grupos de personas. Esos estándares son fijos. Dios nos da guía y ejemplos que se aplican a la economía, el comercio y el intercambio que son actividades comunes e incluso dominantes en la vida. Son las vías principales por las cuales las personas obtienen riqueza pero también por medio de las cuales están sujetas, llegan o salen de la pobreza.
1. Dios odia la ilegalidad, la trampa, el engaño o el robo por medio de la estafa en los procesos de comercio o transacciones de cualquier tipo. Los mismos principios se aplican a cualquier práctica de negocios. Una persona puede ganar aparentemente por esos medios, pero el cliente o comprador pierde, y Dios lo ve. Mira Proverbios 20:10 y 23. Las compañías no son más que organizaciones de personas individuales que proveen un producto o servicio. Ya sea que una decisión o acción la realice una persona o una gran compañía, esta escritura y otras parecidas muestran que Dios pesa nuestras actividades económicas. Las prácticas falsas y engañosas tienen Su desaprobación porque son directamente contrarias a la naturaleza de Dios. Dios demuestra Su atención en los detalles al principio, en la Caída del hombre. Cuando cuestiona a Adán por comer el fruto prohibido, Adán culpa a Eva. Eva culpa a la serpiente. Es el tipo de acción que vemos hoy: desviar la culpa o la atención a otra cosa para evitar la verdad y justificar acciones erradas. Al centro del asunto está el engaño. Dios no es engañado. Declaró los resultados de la desobediencia, así que la muerte y el sufrimiento entran a Su creación desde el tiempo de Adán y Eva. No hemos cambiado. Incluso con leyes y regulaciones en el mercado, tendemos a pecar. Y si pecamos solemos desviar la culpa.
2. Creer en Dios afecta las actitudes individuales hacia el dinero y la economía. Queda demostrado en la escena con Zaqueo, un recolector de impuestos que escogió creer en Jesús (Lucas 19:1-9). No sólo escogió no hacer más trampas, sino que prometió regresar lo que había tomado ilegalmente. La perspectiva de Zaqueo cambió en su contacto con Dios. Mateo 6:24 expresa el principio en mayores términos.
3. Isaías 58:3-5 habla del maltrato a los trabajadores en un contexto relevante de administradores que se quejan ante Dios de haber ayunado y de que Dios no lo ha notado. El fragmento es mucho más que un comentario sobre el ayuno; es un reto a los estilos de vida, donde Dios ve la diferencia que nosotros solemos ignorar entre la conducta maligna y la buena. Dios señala el estilo de vida correcto después de esos versículos. ¡Considera la audacia de Dios al “sugerir” una asociación entre cómo vivimos y cómo lo amamos! Está diciendo que el estilo de vida de un creyente debe tener los mismos atributos que Dios. Por tanto, librar a la gente de ataduras, cubriendo necesidades básicas, y evitar el engaño son consistentes con creer en Dios. Cuán rápido olvidamos que nuestras “elecciones” de vida están enmarcadas en una banda estrecha de tierra específicamente diseñada para ser habitable, y que tenemos la oportunidad de alcanzar a Dios (y de crecer con Sus pautas) o no (Hechos 17:27).
Los versículos de Isaías, ¿no suenan como el mismo Dios que trató con Adán y Eva, Caín y Abel, Noé y el mundo a su alrededor? Cuando tratamos con Dios, estamos tratando con el mismo Dios de los primeros humanos, el Dios de Isaías, y el Dios de hoy. Creer en verdad en este Dios de la creación bíblica afecta la forma en que nos conducimos en la economía, el comercio y el intercambio. Como hemos aprendido, Dios es personal: observa e interactúa con nosotros.
Además, nos hace responsables por nuestras acciones. Recuerda decisiones y acciones. Comenzó el día que le dio a Adán una orden: come libremente de todos los árboles pero no comas de un árbol en particular. No hemos actuado bien desde entonces. Por eso necesitamos un Salvador. Así que Dios sabe la diferencia entre vivir la vida como queremos y creer en Él de forma que afecte nuestra economía y nuestras prácticas comerciales. Cuando vemos condiciones económicas terribles, recordemos que Dios no es el culpable. Somos nosotros. Fue igual desde el principio. Por ejemplo, cuando las personas nadan en riqueza mientras sus vecinos están famélicos, ¿crees que Dios no lo ve? Si una persona pobre ajusta las pesas para obtener más productos por el mismo precio, ¿Dios no se da cuenta? Ya que Él puede poner y nombrar cada estrella del universo en un día de trabajo, sin dudas puede observar y juzgar nuestro comportamiento económico.
B. Guerra y Paz.
La guerra y la paz son términos relacionados con cómo se llevan unas con otras las partes de la humanidad. Aunque los estándares de Dios sobre el comportamiento no han cambiado, debemos entender la condición caída del hombre (lecciones 8-9). Peca desde la cuna pero se le da la oportunidad de alcanzar a Dios (Hechos 17:26-27). En el curso de la vida, las personas y las naciones pueden estar en conflicto o en paz, pero tienen la oportunidad de alcanzar a Dios en ambas situaciones. Ambas son referidas en la Biblia en términos de personas o eventos, o por lo que Dios dice o hace sobre las personas durante la guerra o la paz. Considera los 3 ejemplos siguientes:
1. El centurión que visita a Jesús en Mateo 8:5-13. El contexto lo es todo en una historia como esta. Jesús era judío de nacimiento; los judíos eran gobernados por la fuerza en esos días; le pagaban impuestos al Imperio Romano mientras sucedían los hechos narrados en los Evangelios. Un centurión, responsable de parte de ese gobierno, llegó con una necesidad. Jesús, el mismo que hizo el universo y la tierra, no le dio (y nunca lo hizo) un sermón sobre Roma ni le dijo al centurión que cambiara su profesión. Lo recibió, escuchó su necesidad y comentó su fe. El sirviente del centurión fue sanado. Los líderes judíos locales deben haberse agitado mucho. En otra parte de la Biblia, Juan el Bautista habló a los soldados, que estaban convencidos de sus pecados y le preguntaron qué hacer. Juan no los sermoneó sobre su papel como soldados, pero les dijo que no abusaran de su autoridad. ¿Quién es este Dios que hace estas cosas? Reconoce que lo peor del comportamiento humano está en nosotros, pero nos dice cómo actuar individualmente en estos asuntos. Nota también la actitud de Dios hacia las autoridades en los primeros versículos de Romanos 13, y su rol en controlar el pecado de un mundo caído.
2. Dios permite las dificultades económicas e incluso la guerra. A veces las provoca para lograr que la gente se arrepienta. ¿Es tu Dios lo bastante grande para controlar cada circunstancia humana? Es el mismo Dios que creó el universo. Dios puede usar incluso hombres malvados e incrédulos para lograr Sus propósitos, por ejemplo, cuando usó a los paganos conquistadores para llevar un juicio sobre Su pueblo, Israel. O para llevarle bendición, como ocurrió con el rey persa Ciro que decretó la reconstrucción del templo. Lee Amós 4 y reflexiona en lo que Dios está haciendo para atraer la atención de la gente. No es un fragmento cómodo de la Biblia, pero Dios conoce el corazón de cada persona y cada pequeño pueblo y cada pequeña familia en los campos alrededor del área a la que se refiere este capítulo. Más aún, hay guerra en alguno de estos versículos. Léelos en oración. Este es el Dios Creador que conoce todo y reconoce que tendemos a no responderle ni entender Sus mensajes. Pero persevera en llamar nuestra atención. Fíjate en los últimos versículos, donde Dios se identifica como el Dios de la Creación.
3. El peligro de una paz falsa es un tema bíblico con una lección que se deriva de la visión bíblica sobre la creación. Hay varios fragmentos en la Biblia donde la paz según los estándares humanos es declarada falsa por Dios. La guerra es algo terrible y lleno de violencia. La paz, sin embargo, puede parecer agradable, pero si no es divina es tan dañina como la guerra. ¿Cómo? Dios reconoce la verdadera paz de la falsa igual que reconoce la diferencia entre la paz del corazón y la paz temporal que no llega al interior del hombre. Considera el tipo de paz al que Dios se refiere en Juan 14:27, la cual Él dice que es distinta a la paz que da el mundo. ¿Qué dice el mundo que es paz? Una definición típica sería que no estemos golpeándonos unos a otros en un largo conflicto, pero, ¿estamos en paz con Dios? ¿Recuerdas los días de Noé? Dios dijo que todo pensamiento del hombre es para mal, lo que incluye a todo humano sin excepción –pequeños, ancianos, doncellas, jóvenes. Sin excepciones excepto por Noé. Dios hizo el juicio; no estaba errado en Sus afirmaciones. Esto no tenía que ver con la guerra en su significado clásico. La guerra exterior no es lo que se describe. Las personas celebraban matrimonios como si fuera un tiempo normal (Mateo 24:37-40). ¿Pero lo era? Dios dice que la violencia en el corazón de los hombres era tanta que no podía repararse o cambiarse (Génesis 6:5-7). Entonces no es una sorpresa que Dios diga que el mensaje del Evangelio no trae “paz”; causa conflicto al retar la visión de las personas a medida que las confronta con las diferencias entre los estatutos de Dios y nuestras nociones. Jesús se refirió al mismo tema en Lucas 12:49-53. De acuerdo a los conceptos populares respecto a la paz, la mayoría de la gente piensa que el mundo (con los seres humanos incluidos) está mejorando; esta conclusión también debe ser evidente desde un punto de vista evolucionista. Dios discrepa. La visión bíblica es la opuesta: Dios creó todas las cosas como “buenas” pero el pecado las infectó; empeoramos. Y la inclinación de nuestros corazones es la que Dios describe. Sin el remedio de Dios (creer en Jesús), nuestra inclinación no cambia, sin importar cuán pacífico parezca el mundo.
Podemos ver en esas porciones de la Escritura que Dios no está ajeno a nuestros modos bélicos o pacíficos, sino que trabaja con ellos. Sin embargo, se presenta a Sí mismo como la fuente de la paz verdadera en el alma del hombre, a través de la creencia en Cristo Jesús. No podemos medir la forma en que Él trabaja en disímiles circunstancias (desde la guerra hasta la paz aparente), pero solemos olvidar que es el Revisor Perfecto y el Consejero y Ayudador en tiempo de necesidad o bendición. El libro completo de Job habla de esa situación. Job no podía ver su situación real, Dios sí. ¿Esperarías algo distinto del Dios Creador Eterno, que desde el principio de la humanidad conocía nuestras fragilidades, fracasos y modos violentos?
C. Desastre, Enfermedad y Hambre.
Estos eventos extremos también se mencionan en la Biblia. Recuerda el poder y capacidad de revisión de Dios que explicamos en la Lección 1. Sabe cómo somos y lo que experimentamos. Usa las circunstancias para llamar nuestra atención: para corregir y para mostrar Su amor (Job 33:29-30; 37:13). Estas escrituras son incómodas en los tiempos modernos. A través de la historia, sin embargo, han sucedido eventos extremos. ¿Cómo sobrevivimos? Si sucede algo en las regiones o naciones –bueno o malo– los líderes llamarán a la gente a orar, convocarán a un periodo de oración y reunirán ayuda. En ocasiones, un líder incluso pensará que Dios le ha dado la misión de cuidar de otros. Algunas veces, las personas se ayudan en los desastres, enfermedades y hambrunas; otras no. Dios tiene algo que decir sobre este tipo de circunstancias y cómo respondemos a ellas.
He aquí cinco ejemplos:
1. El hambre y la sed fueron usados para llevar a la gente a Dios en Amós 4.
2. Job soportó increíbles sufrimientos que parecían no tener razón excepto por la historia que Dios recoge en Job 1 y 2.
3. La aflicción muestra las necesidades de nuestro corazón y nos lleva a tomar decisiones. Diez leprosos fueron a Jesús para ser sanados en Lucas 17:11-17. Eran vistos como escoria debido a su enfermedad. Después de ser sanados, sólo uno regresa a dar las gracias. Dios comenta sobre él pero también sobre los otros. No olvida curar las enfermedades, pero reconoce que Su toque también provoca decisiones: le damos el crédito a Dios o no. Él recuerda las decisiones y afirmaciones que hemos hecho –incluso en la presencia de la enfermedad.
4. La historia de José en Génesis 37-47 es muy conocida pero siempre es útil volverla a leer. Dios se toma mucho esfuerzo en contarnos la historia en detalle. Si dedicas tiempo a analizar las condiciones que cambiaron en la vida de José, las circunstancias que lo llevaron al poder y la sabiduría que obtuvo de Dios para salvar a su familia de una hambruna que no fue prevista por nadie más, empezarás a comprender la increíble red de circunstancias que Dios usa para lograr Sus propósitos. Podemos ir más allá: la salvación de esta familia llevó a otra generación con otro líder en Egipto que culminaron en las famosas circunstancias en la vida de Moisés. Dios no ha cambiado; vemos Su cuidado y preocupación en los desastres, hambrunas y enfermedades actuales de la misma forma en que se vio en las primeras generaciones del Génesis.
5. Jesús señala la esencia de la verdadera fe de los creyentes a través de los contrastantes estilos de vida en Mateo 25:31-46. Algunas personas creen; otras dicen tener fe pero sus acciones no coinciden con sus palabras. Dios ve las diferencias de la misma forma que un pastor divide claramente las ovejas de las cabras. Se nos describen personas con necesidad de comida, ropa, refugio o visita porque están enfermas o en prisión. Las personas que dicen que son creyentes y que alivian las necesidades del más pequeño que las sufre son consideradas ovejas. Los que se llaman creyentes y no hacen nada son llamados cabras. El juez de la situación es Dios. Así que los verdaderos creyentes deben ocuparse de aquellos que sufren desastre, enfermedad y muerte, en caso de poder. Dios ve las circunstancias de los necesitados y de los que pueden aliviar esa necesidad.
Sólo Dios puede controlar y usar las duras circunstancias de un mundo caído para cumplir Su voluntad. Es el Dios de la creación, capaz de identificarse con las personas que sufren dichas circunstancias. Los humanos en sufrimiento piden una solución para sus difíciles problemas. Estos continuarán. Qué hacemos y cómo respondemos, sin embargo, hace una diferencia si creemos, vemos y actuamos desde un punto de vista bíblico, reconociendo que estamos en un mundo caído que es consecuencia de las acciones de la gente.